La reconquista de Vigo (I)

16 DE MARZO DE 1809. SE ESTRECHA EL CERCO SOBRE VIGO

Desde hace una semana la villa de Vigo está totalmente rodeada por las «alarmas» o grupos de paisanos armados.

Dentro de las murallas la situación de las tropas francesas cada vez es más apurada. El nuevo gobernador, el comandante Chalot trata de mantenerlas bien aprovisionadas de víveres y forraje para los caballos pero cada vez a sus soldados les resulta más difícil salir de la ciudad pues son constantemente acosados y sorprendidos en emboscadas. Encima dentro de la plaza sufren constantes robos de municiones y alimentos.

Así el día 9 el comandante de la plaza, buscando la colaboración de los vigueses, se dirigirá a ellos culpando de las privaciones que sufren a los sitiadores y así proclamará:

«Honrados habitantes de Vigo y de todas las proximidades: las tropas francesas que dan guarnición a esta plaza protegerán y harán respetar vuestras personas y propiedades frente a las fuerzas que pretendan atacarlas. La buena armonía, la unión y la inteligencia tienen que reinar entre los franceses y españoles. Los templos estarán abiertos para que se celebre libremente el oficio divino. Las tiendas tienen que estarlo también para que se restablezca la actividad del comercio en general. Exijo de los habitantes de Vigo esta señal de confianza que todos los franceses apreciaremos y respetaremos religiosamente. Vigo, 9 de marzo de 1809. El gobernador de Vigo. Chalot. «

Varios frailes franciscanos del convento de Santa Marta en el Berbés participarán en las filas de la resistencia. Uno de ellos, Pedro Romero, estará bajo las órdenes directas de Cachamuiña y así reunirá milicianos, dinero, armas y municiones en Muros, Corcubión, Cee y Noia. Los hermanos Andrés de Villageliú, Giráldez, Domínguez y Martí, encontrarán también gentes para las alarmas y el asedio de Vigo en la Guardia y Tuy.

El día 12 Joaquín Tenreiro y Montenegro, futuro conde de Vigo, en unión del capitán Juan Inda, ayudante primero de la plaza de Bayona, se pone al frente de las tropas del Rosal y el Val Miñor y ambos se encaminarán hacia Vigo. En Zamanes se reunirán con las milicias del Fragoso dirigidas por Cayetano Parada y Pérez de Limia y las de Valladares, al frente de las cuales está el abad de esta parroquia Juan Arias y Enríquez. Ocuparán también el alto de Puxeiros para impedir la llegada de refuerzos de Tuy. Unos días después el cuartel general de todas estas fuerzas se establecerá en Santa Cristina de Lavadores desde donde dominarán un amplio mar de campos y caminos por el que tendrán difícil acceso los soldados franceses encerrados tras las murallas.

Llegados al día 16 de marzo unos 4.000 hombres, militares y sobre todo civiles, rodearán la villa de Vigo esperando dar el salto definitivo para lanzarse contra las tropas invasoras.

21 DE MARZO DE 1809. ASESINATOS Y NEGOCIACIONES EN EL VIGO OCUPADO POR LOS FRANCESES

Mientras continúan cercadas las tropas francesas en Vigo, el alcalde de la ciudad, Francisco Javier Vázquez Varela ( cuyo nombre se le dará a la nueva calle que se abra paralela a la Gran Vía en la primera mitad del siglo XX ) le dirige una misiva al comandante francés, Jacques Antoine Chalot, en la que le expone la dura situación de los habitantes, exagerando en los términos de su desgracia para que el militar no pueda aprovisionarse a costa de los vigueses.

» En el medio de la escasez del país en trigo y forrajes facilitó el Ayuntamiento víveres por todos los medios que le fue posible, sacrificando dineros que no tenía. Pero hace ya cuatro días que, debido a la conmoción de los paisanos de los alrededores, se impidió la llegada a la villa de frutos, vino, carnes y leña, apoderándose de los molinos y de todas las provisiones de harina que tenían en ellos estos vecinos. Y a pesar de estas necesidades Vuestra Excelencia hizo rigurosa requisa en los domicilios, sacándoles a los habitantes todo el pan que se pudo encontrar con el fin de sostener sus tropas hasta el día de ayer»
Dibujo que recrea la ciudad amurallada de Vigo en la época de la ocupación francesa

El alcalde le exponía también que habían terminado con todas las reservas de carne que había para los 290 enfermos de los hospitales y para los vecinos. Le pedía por tanto que frenase a sus soldados para que no entrasen en las casas por la fuerza para apoderarse de las últimas provisiones que les quedaban a sus paisanos.

El mismo día Chalot responde en otra carta a Vázquez Varela de una manera breve y directa:

» Señor, tuve la honra de recibir su carta y por contestación ruégole a usted que dé órdenes más eficaces para suministrar pan y carnes a las tropas de esta guarnición ya que le puedo asegurar que será satisfecho el importe al momento en que me sea entregado. La seguridad y la tranquilidad de la villa no correrán peligro «.

Pero al día siguiente ocurrirá un terrible suceso que hará que la situación de la ciudad se complique bastante más. El alcalde de nuevo se dirige al comandante de la plaza buscando una explicación de lo sucedido:

» En el día de hoy y de su noche, faltaron tres vecinos de esta villa, dos de ellos oficiales de herrería de Santiago Valcárcel y el otro también oficial de un chocolatero. Tras la debida investigación, y a la vista de las quejas de la mujer de uno de ellos, resulta que fueron muertos en una taberna a golpe de bayoneta y otros golpes por los soldados de la guarnición y por los restos de sangre que se reconocen en las calles, se demuestra que fueron arrastrados hasta la puerta del fuerte de la Laxe, en cuyo arenal fueron enterrados por las mismas tropas. Exigiendo la recta administración de justicia ( Vázquez Varela era además de alcalde abogado de la Real Audiencia de Galicia ) hágase un reconocimiento de los cadáveres, para conocer la identidad de esas personas, como para investigar las causas de su muerte y suplico a V.S se sirva de dar órdenes para que se permita hacer dicho reconocimiento con la asistencia de facultativos, sirviéndose V.S de asistir a este acto o prever que asusta un caballero ayudante u otro oficial de su satisfacción, a los efectos que haya lugar. Dios guarde a V.S muchos años «.

El día 21 Chalot publica una “Proclama a los habitantes de Vigo”, en francés y en castellano, lamentando la muerte de los tres ciudadanos asesinados por sus soldados y comunicando que se le había dado una ayuda de 12.000 reales de vellón a sus familias. Además informa que los responsables han sido encarcelados y serán sometidos a un consejo de guerra.

El malestar de la población es cada vez mayor y a esto se le suma el día 21 un nuevo episodio que enciende más los ánimos. El clérigo José Núñez escribe al alcalde Vázquez Varela suplicándole su intercesión en el caso en el que se había visto envuelto. Ha sido detenido en el castillo del Castro y será sentenciado a muerte a no ser que se libere a los acusados franceses. En su carta explica que fue engañado por un par de soldados a los que tenía hospedados y que lo convencieron de que querían desertar pues no aguantaban las penalidades del estado de sitio. Como salvoconducto para entregarse a las tropas que cercaban la villa el acusado les había facilitado una carta de presentación para uno de los cabecillas de las alarmas. Todo resultó ser una farsa y el clérigo fue detenido con la prueba acusatoria de su escrito. En la misiva enviada al alcalde, que se halla como el resto de los escritos en el Archivo Municipal, el reo incluso se ofrece «a sacrificarse por el bien de la patria» si la autoridad municipal opta por no negociar con los franceses. Finalmente habrá intercambio de prisioneros y los cuatro detenidos, el religioso y los tres soldados, serán perdonados.

Retrato de Bernardo González del Valle, Cachamuíña

El mismo día que esto sucede, el 21 de marzo de 1809, la Junta de Lobeira designa al capitán de Granaderos de Galicia, Bernardo González del Valle, Cachamuíña, comandante de un regimiento de soldados para acudir al cerco de Vigo. Llegará desde Orense con sus tropas al cuartel general instalado en Santa Cristina de Lavadores. La junta se había establecido en Lobeira, en el partido de Bande, pues esta región de la Baja Limia era prácticamente la única de Galicia no ocupada por los franceses. Estaba presidida por el obispo de Orense y recibía instrucciones de la Junta Central. Cada vez es más inminente el rescate de la villa olívica.

Fuentes.

  • A cidade e os días. Calendario histórico de Vigo. Xosé María Álvarez Blázquez.
  • Archivo Municipal del Ayuntamiento de Vigo.
  • Reconquista. Vigo en armas. Eduardo Rolland.
  • Ilustraciones del folleto editado por el Ayuntamiento de Vigo con motivo de la fiesta de la Reconquista 2010 en el que se recogen diversas escenas del Vigo ocupado por los soldados franceses.

 

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