Eduardo Chao Fernández nació en Ribadavia el 6 de noviembre de 1822. Era hijo de Francisca Fernández y del farmacéutico y científico liberal José María Chao, socio de la Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago de Compostela (1834) y catedrático de Farmacia Experimental en dicha ciudad.
José María Chao fue perseguido por sus ideas liberales tras el final del Trienio Liberal en 1823 y la vuelta al absolutismo con Fernando VII. Fue encarcelado por el general Nazario Eguía hasta 1829.
Cuando tenía cinco años, su padre se estableció como farmacéutico en Vigo y aquí Eduardo hizo primaria y secundaria. En 1834 continuó sus estudios en Santiago de Compostela y luego en Madrid donde se licenció en Leyes y en Farmacia. Trabajó, al igual que su padre, como profesor en la Facultad de Farmacia .
Desde muy joven figuró políticamente en las filas que acaudillaba Nicolás Salmerón y colaboró en la prensa demócrata como El Argos, El Espectador (1847), El Guindilla (1848), El Huracán (1848), y más tarde en El Murciélago (1853), El Látigo (1854), El Eco de las Barricadas (1854), El Crédito (1858) etcétera.
También como su progenitor, fue sometido a vigilancia por su participación en los conatos revolucionarios de 1848. Intervino activamente en la Revolución de 1854 y aceptó un puesto de oficial en el Ministerio de Gobernación, pero dimitió al ver frustrados los propósitos de la revolución. Fue diputado por su provincia en las cortes que no llegaron a aprobar una nueva constitución.
Escribió en los periódicos madrileños Revista Químico-Farmacéutica (1850-1851) y La Discusión (1856) y dirigió El Crédito (1858-1865) y El Correo de España (1862), dedicado especialmente a las cuestiones de Ultramar.
En 1868 votó en el Congreso en contra de la proposición que reconocía como reina de España a Isabel II y tras el triunfo de la Revolución Gloriosa fue nombrado miembro de la Junta directiva de Telégrafos y luego su director general, pero volvió a renunciar a su puesto al ver a su partido todavía muy lejos del poder.
Volvió a ser diputado por Orense en 1869 y, proclamada la República en 1873, llegó a ministro de Fomento en el Gobierno republicano presidido por Nicolás Salmerón (1873) y redactó junto a él un Proyecto de bases de la constitución republicano-federal de España (1873). En 1874, tras la entrada en el Congreso de las tropas del general Pavía, protestó enérgicamente contra la violencia empleada.

Nicolás Salmerón. Presidente del Poder Ejecutivo de la Primera República Española durante mes y medio en 1873.
Su breve labor en el ministerio fue sin embargo intensa, pues creó la comisión del Mapa Geológico de la Península Ibérica dirigida por el general Ibáñez de Ibero y la Junta del Canal Imperial de Aragón, organizó las Juntas de Puertos, procuró descentralizar los servicios de obras públicas y dictó varias disposiciones sobre carreteras e inspección de ferrocarriles. Impulsó un Plan General de Instrucción Pública elaborado por Juan Uña, director general de esa materia, bajo la inspiración de las ideas del krausista Francisco Giner de los Ríos. Fundó la Biblioteca Ilustrada Gaspar y Roig y la Biblioteca del Hombre libre, de su propiedad.
Con respecto a Vigo, participó el el proyecto de unos nuevos muelles y dotó a la ciudad de un observatorio meteorológico, así como el material para la la naciente Escuela de Artes y Oficios creada en 1886 por la sociedad «La Cooperativa» de la que era presidente honorario y diseñó para ella un plan de Intrucción Pública.
En esta ciudad, y enamorado de su ría, se hizo una casa en la Guía, la finca llamada «La Ollosa» edificio que se mantiene en pié hoy en día como sede del Arzobispado de Tuy-Vigo, al inicio de la cuesta de Cesáreo Corbal.
Como historiador se propuso continuar hasta 1849 con la sección «Historia contemporánea» la Historia general de España (1601) del jesuita manchego Juan de Mariana, ya anteriormente continuada por José Manuel Miñana, el Conde de Toreno y Antonio Cánovas del Castillo (1848). Incluía en este trabajo histórico, entre otras críticas al monarquismo, su tendencia al centralismo, que hizo imponer en Madrid la capital del Estado y su abolición de la foralidad.
Como farmaceutico fue dos años presidente del Ilustre Colegio de Farmaceúticos de Madrid en 1887.

Calle Eduardo Chao, en el Casco Viejo, con las Escuelas de Instrucción Pública en los años 60. Fotografía Magar
Dirigió, asimismo, los dos volúmenes del Diccionario enciclopédico de la lengua española (Madrid: Gaspar y Roig, 1853 y 1855) y Los tres reinos de la naturaleza, una gigantesca enciclopedia de ciencias naturales en nueve volúmenes (1853-1858). Escribió también » Causas de la Revolución de 1840 «, » Los republicanos y la época «, » Revista de Química «, » Historia militar y política de Martín Zurbano » » Cuadros de Geografía histórica de España «, » Tratado de Mineralogía «y » La ostricultura en Galicia «
Falleció en Madrid el 21 de diciembre de 1887, a los 65 años. La Corporación Municipal de Vigo, presidida por el alcalde Eduardo Iglesias Añino, hizo contar en acta lo siguiente: » Antes de dar comienzo al despacho, el señor Alcalde presidente, propuso en sentidas frases y el Cuerpo Municipal por unanimidad acordó, consignar esta acta, la honda pena con que supo haber fallecido en Madrid el 21 del mes que termina, el Excmo. Sr. D. Eduardo Chao, persona muy distinguida por todos conceptos y que tan vivo interés ha tomado siempre por esta población, la cual guardará eterna memoria de los favores particulares que debe al mismo señor «.
Quince días después, en la sesión del 7 de enero de 1888, la misma Corporación acordó: » El Sr. Presidente manifestó que la generalidad del vecindario deseaba honrar de una manera ostensible la buena memoria que guarda del ilustre finado Exmo. Sr. D. Eduardo Chao, y propuso, como medio de perpetuarla, que se diese su nombre a una calle de la población. El Cuerpo Municipal, que reconoce pues los justificados títulos que a la gratitud de sus convecinos tenía el Sr. Chao y el innegable mérito que contrajo al frente del Ministerio de Fomento, acordó, sin discusión y por unanimidad, que se denomine Eduardo Chao la calle longitudinal central que, desde la de Méndez Núñez pasa frente a las Escuelas de Instrucción Primaria y termina en Pobladores. «
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Bibliografía:
. José Espinosa Rodríguez. Tierra de Fragoso. 1949.
. Vigo por Magar II. Instantáneas e retratos da vida viguesa ( 1960 – 2004 ). 2004.
. Wikipedia.